Serie: Rapa

Estreno en Movistar+.

El “galician noir” parece estar de moda. En los últimos años se han podido ver varias series ambientadas en la antigua Suevia, la actual Galicia, que contaban historias criminales, intrigas policíacas, generalmente con un tono peculiar que parece les infunde los paisajes brumosos, también pluviosos, de aquella hermosa tierra. Es el caso de El sabor de las margaritas, pero también de Vivir sin permisoNéboa o Auga seca, por no hablar de las réplicas galaicas de la célebre Narcos, como Fariña.

Los creadores de esta serie, Rapa, Fran Araújo y Pepe Coira, son gallegos, y en su tierra han desarrollado buena parte de su carrera, aunque su éxito más reciente estaba ambientado muy, muy lejos del Norte de España: Hierro, que ese es su título, fue un interesante thriller policial-judicial ambientado en la isla canaria del título, a 2.500 kilómetros de distancia de la vieja Galiza, una serie de dos temporadas en las que Candela Peña hizo toda una creación como jueza de peculiares maneras.

Parece como si Araújo y Coira hubieran decidido trasplantar algunos de los aciertos de aquel serial a este nuevo empeño, aciertos tales como poner al frente del reparto a un intérprete incuestionable, aquí Javier Cámara, ganador de 2 Goyas y de un sinfín de premios más, uno de los mejores de su quinta, y hacer que su personaje, digámoslo así para no hacer “spoilers”, tenga un problema importante que le hace ver la vida con una perspectiva sutilmente distinta. Pero nos tememos que esta vez Araújo & Coira no han estado tan acertados como en su anterior serie, sin que ello quiera decir que esta Rapa carezca de interés.

La acción se desarrolla en nuestros días, en Cedeira, población costera de la provincia de La Coruña, con poco más de 6.000 habitantes. Tomás, profesor de Literatura en el instituto de la localidad, da un paseo matutino por los montes, como hace todos los días. Entre la bruma le parece oír una discusión y después unos ayes; cuando acude a ver qué sucede, se encuentra a una mujer de edad madura tumbada en el suelo, agonizante, sangrando por la cabeza; al fondo le parece ver alguien que huye con una prenda de vestir que parece verde... socorre a la mujer, detiene a una furgoneta que pasaba por allí, y con el conductor la llevan al hospital, donde finalmente muerte. La difunta resulta ser nada menos que Amparo Seoane, la alcaldesa de la población. Maite, sargenta de la Guardia Civil, se hace cargo de la investigación. En los siguientes días estaba prevista la votación para decidir si se autorizaba la explotación de una mina de las llamadas “tierras raras”, el coltán imprescindible para todos los artilugios electrónicos habituales de nuestro tiempo; sobre la explotación de esa mina hay una fuerte contestación popular... La sargenta encontrará un inopinado (y con frecuencia exasperante...) socio en el profesor de Literatura a la hora de investigar lo que parece evidente que ha sido un asesinato...

Esta miniserie de 6 capítulos (aunque termina de tal manera que, si tiene éxito –y parece que ha tenido éxito...—se pudieran hacer nuevas temporadas), creada por Araujo & Coira, como tenemos dicho, ha sido realizada por Jorge Coira, hermano de Pepe (tres episodios en solitario y uno en comandita) y Elena Trapé (dos episodios y el tercero con Jorge), siendo esta última la estupenda directora de Las distancias (2018), y Jorge ha estado en empeños tales como la mentada Hierro, como realizador, y en el largometraje Código Emperador, como director. Vamos, que formalmente ha dispuesto de una irreprochable puesta en escena.

Otra cosa es que los creadores hayan dado por bueno que era suficiente contar con un protagonista de indubitable talento, más una trama no especialmente brillante, con la consabida corrupción municipal que tanto juego da, más alguna particularidad local, como la “rapa das bestas”, folclórico evento anual que acontece en varias localidades rurales de Galicia, en el que se capturan caballos salvajes que pastan en libertad, se les corta las crines y se les desparasita. Parece que se ha pensado que con esos elementos ya tenían una serie potable, y nos tememos que no ha sido así.

Además de las particularidades de la estrella al frente del reparto, con grave problema vital, más el folclorismo de la “rapa das bestas” (que permite dar el título de Rapa a la serie, aunque en puridad no tenga nada que ver con la trama), los creadores han añadido un desenlace poco frecuente en estos casos, también como (relativa...) novedad.

Pero todo ello, siendo más o menos curioso, no termina de cuajar en la buena serie que se podría esperar: hay una cierta sensación de intriga prefabricada, artificiosa, en esta trama endeble y previsible, con líneas argumentales que parecen creadas exclusivamente para alargar la serie, como la pista de la empresa que la alcaldesa menciona en sus palabras agonizantes, o la de la yonqui, que finalmente se quedan en nada. Los personajes no están bien perfilados, como ocurre con la sargento de la Guardia Civil, de la que apenas sabemos nada, y en el caso del profesor de Literatura, que resulta ser el protagonista absoluto, un epígono de Conan Doyle y su Sherlock, todo en un “pack” investigando el crimen, tampoco está demasiado bien cincelado, a pesar de la incuestionable calidad de Javier Cámara, capaz de insuflar humanidad incluso a roles un poco de cartón-piedra como este.

Además del tópico de la corrupción, en el que lo único nuevo es el objeto del deseo de los corruptos latentes o patentes, la mina de “tierras raras”, el coltán que es el nuevo oro de nuestro tiempo, con el que fabricar los microchips indispensables para nuestra cacharrería electrónica, tendremos el inevitable personaje con problemas psicológicos o de discapacidad mental (qué les gusta a los gallegos incluir este tipo de papeles en sus tramas...), el manto protector del poderoso, la injusticia cometida con el desheredado de la fortuna, el deseo de venganza de sus deudos... Vamos, una buena ración de temas ya bastante trillados.

Aparte de la buena factura y correcta puesta en escena es cierto que los propios paisajes gallegos ayudan, y mucho, a ver con agrado la serie, con esas brumas matinales que parecen envolverlo todo, y que dan mucho juego en los thrillers, además de escenarios novedosos como los parques de molinos de viento, con una interesante utilización visual; es subrayable que los realizadores utilizan con buen tino los planos aéreos, que realzan la belleza natural de las tierras galaicas.

El conjunto, sin ser deleznable, deja una cierta sensación de insatisfacción, como si con estos mimbres se hubiera podido trenzar un cesto (ya que estamos con la metáfora...) bastante más potable, más entonado, una intriga que no dejara esa impresión de producto prefabricado para salir del paso, como sucede incluso con los títulos de crédito iniciales de la serie, más bien elementales y poco “currados”, como decimos en mi tierra.

Queda dicho que Cámara está bien, como siempre, aunque quizá no excelso, como le pasa cuando tiene un personaje con “carne”; Mónica López cumple con su papel, como el resto del reparto, a los que no hemos visto especialmente implicados.


Rapa - by , Jun 08, 2022
2 / 5 stars
El asesinato de la alcaldesa