Enrique Colmena

El Auditorio Maestro Padilla de Almería acogió la noche del sábado 4 de Febrero la ceremonia de los II Premios Carmen, galardones creados por la Academia de Cine de Andalucía para reconocer los mejores trabajos realizados durante 2022 dentro del cine andaluz. La gala, retransmitida en directo por Canal Sur Televisión y por la flamante Canal Sur Más, la nueva plataforma de vídeo bajo demanda de la Radio Televisión de Andalucía (RTVA), se saldó con el rotundo éxito, por lo demás previsible, de Modelo 77, la nueva película de Alberto Rodríguez, que se llevó la friolera de 13 estatuillas, de las 14 a las que optaba (cifra que por lo demás resultaba imposible conseguir, al competir dos de sus actores, Jesús Carroza y Fernando Tejero, por el mismo premio, Actor de Reparto). Lo cierto es que la nueva película de Alberto Rodríguez, que no hacía cine (aunque su serie televisiva La peste y su continuación La peste. La mano de la Garduña, hechas en ese interregno, eran en esencia también cine, y de altísima calidad...) desde su magnífica El hombre de las mil caras (2016), ha triunfado de pleno en los Premios Carmen, como ya lo había hecho recientemente en los Premios ASECÁN con esta misma película.

La verdad es que nos parece que los académicos han (bueno, hemos...) acertado de pleno, porque Modelo 77 (cuyo título nos ha permitido hacer el retruécano del titulillo de esta crónica, parafraseando el de la compleja novela de Cortázar 62/ Modelo para armar, el raro esqueje de la no menos difícil Rayuela) era, a nuestro juicio, la mejor de las películas a concurso, aun habiendo otras buenas, sin duda. La historia de este sobrevenido ladrón de guante blanco que, entre 1976 y 77, en la España de la Transición, hizo piña con otros presos comunes y políticos, agrupados en la COPEL, el Colectivo de Presos en Lucha, buscando un improbable volver a empezar también para ellos, como se disponía a realizar, a trancas y barrancas, el país, ciertamente es de un nivel, tanto industrial como social, pero también narrativo, como pocos directores, a día de hoy, son capaces de demostrar en una película. Estos 13 Premios Carmen suenan a tambores de Goya, donde Modelo 77, de aquí en una semana, está nominada a 16 “cabezones”. Esos 13 Premios Carmen, digo/decía, a la umbraliana manera, nos parecen justísimos, desde los premios “gordos” de Película, Dirección, Guion Original (Rodríguez y su habitual cuate Rafael Cobos), Actor Protagonista (el malagueño Miguel Herrán, que nunca ha estado mejor en una pantalla) y de Reparto (Jesús Carroza, qué gran descubrimiento hizo con él Alberto Rodríguez en su 7 vírgenes), hasta los premios fundamentalmente técnicos: Maquillaje y Peluquería, Vestuario, Fotografía, Montaje, Sonido, Música, Dirección de Arte y Dirección de Producción.  

El resto se ha tenido que contentar un poco con las migajas que ha dejado la peli de Alberto. Así, El universo de Óliver, la película con la que Alexis Morante, hasta ahora documentalista, ha debutado en la ficción, adaptando la novela homónima de Miguel Ángel González, presenta la mirada nostálgica hacia la niñez atribulada y la entrañable relación de un tierno infante con su abuelo en el contexto de los años ochenta y con el cometa Halley atravesando el cielo como cada 75 años, con las leyendas y esoterismos que ello propicia. El universo de Óliver, que ciertamente ha salido bastante bien parada, a la vista del arrasamiento de Modelo 77, se ha llevado 3 Premios Carmen de los 9 a los que optaba: los galardones conseguidos lo han sido por los conceptos de Guion Adaptado, para Morante más Raúl Santos y el autor de la novela; Actor Revelación, para el adolescente Lorca Prada; y Efectos Especiales.

El tercer puesto en el imaginario podio de los Premios Carmen lo ha ocupado Las gentiles, la dramedia juvenil y formalmente heterodoxa de Santi Amodeo, curiosamente antiguo socio en la dirección de Alberto Rodríguez cuando ambos empezaron a escribir y dirigir cine, todavía en el siglo pasado (el corto Bancos, su debut en el largometraje con El factor Pilgrim). La película de Amodeo se ha tenido que conformar con solo 2 de las 13 estatuillas a las que optaba, seguramente en las opciones que les eran más asequibles, en concreto premiar a sus dos jovencísimas intérpretes, Paula Díaz, que obtuvo el Carmen a la Mejor Actriz de Reparto, y África de la Cruz, que se hizo con el de Mejor Actriz Revelación. Ciertamente nos parece que ambas están muy frescas y naturales en sus respectivos papeles, con mucha química interna, en una cinta que, ciertamente, no deja indiferente.

A las mujeres de España. María Lejárraga, con dirección de Laura Hojman y producción de Guillermo Rojas, se alzó muy merecidamente con el Carmen al Mejor Largometraje Documental, una de las grandes películas andaluzas del año, que nos (re)descubre el fascinante personaje de la escritora citada en su título, que vivió casi toda su vida teniendo que amparar su feraz obra a la sombra de su marido, Gregorio Martínez Sierra, que se llevó todos los honores cuando la autora era ella. Hojman consigue un nuevo hito documental tras su estupenda Antonio Machado. Los días azules, y confirma que hay en ella una cineasta de raza, con un talento inmenso del que esperamos mucho, mucho...

Pico Reja. La verdad que la tierra esconde, por su parte, se alzó con el Premio Carmen a la Mejor Canción Original. Su coautor, Antonio Manuel, fue también uno de los premiados que más emocionaron en su sentido “speech” en la recogida del galardón, que se apartó atinadamente de tantas gracias a parientes y afectos para centrarse en la terrible tragedia de aquellas personas a las que arrebataron violentamente la vida de un ser querido y ni siquiera les ha sido dado honrarlo fúnebremente como corresponde.

Del resto citaremos el Carmen a la Mejor Dirección Novel para Nuria Vargas por su documental Controverso, probablemente una de las películas españolas de más largo proceso de producción, 10 años nada menos; el de Mejor Corto de Ficción fue para el hermoso canto a la diversidad Cosas de niños; y el de Mejor Corto Documental para Nos acompañamos.

El Premio a la Mejor Película Española No Andaluza fue para As bestas, de Rodrigo Sorogoyen, que por cierto tiene todas las papeletas (o así nos parece, tal y como van los premios previos) para llevarse un buen puñado de Goyas la semana próxima (ojalá nos equivoquemos, en beneficio de Modelo 77...).

María Galiana recibió el Carmen de Honor, con un discurso de agradecimiento que, desde luego, fue cualquier cosa menos estándar, confirmando que es una mujer de armas tomar, aunque tenga los 88 años a la vuelta de la esquina.

La ceremonia volvió a fallar donde casi todas las galas de entregas de premios, en los Carmen, en los Goya o en los Oscar: el guion fue manifiestamente mejorable, siendo benévolos en la expresión; las actuaciones musicales, salvo la de María Pelae, aburrieron a las ovejas, y en buena medida no tenían mucho que ver con el cine, que se supone es lo que celebrábamos; y los agradecimientos de los premiados... ¡ay, los agradecimientos de los premiados! En algún caso deseamos fervientemente que los “representantes” a los que aludieron jocosamente los presentadores (correctos Salva Reina y Belén Rueda, digo Cuesta... ellos no tenían culpa del guion que les hicieron representar...), unos tipos malencarados con pistola al cinto, hicieran su aparición cuando alguno de los emocionados galardonados agradecía hasta a su primo segundo por parte de madre...

Ilustración: Alberto Rodríguez, agradeciendo el Premio a la Mejor Dirección por su película Modelo 77.