Enrique Colmena

El año pasado en esta misma fecha, 8 de Marzo, Día de la Mujer, publicamos un artículo en CRITICALIA titulado 8 miradas de mujer en la cartelera del 8-M, en el que comentábamos las propuestas fílmicas que en ese momento permanecían en cartel en las salas de cine de España. Como nos parece que la idea sigue teniendo plena vigencia, vamos a instituir cada año en estas fechas esa glosa del cine hecho por directoras, como forma de tomar el pulso a la necesaria e irrenunciable igualdad entre hombres y mujeres, en este caso también en el cine.

Si el año pasado traíamos 8 títulos dirigidos por mujeres de un total de 70 películas que permanecían en cartel, este año se puede decir que se ha mejorado algo: son 10 títulos los que podemos traer aquí, sobre un total de 66 películas. De todas formas, es evidente que la distancia sigue siendo sideral: si este año hay un 15 % de películas dirigidas por mujeres, quiere decir que falta todavía un 35 % para que la igualdad sea real. O sea, queda muchísimo camino por recorrer...

Como en la anterior ocasión, y seguramente como haremos en lo sucesivo en los próximos 8 de Marzo (si el coronavirus y otros apocalipsis nos lo permiten...), vamos a comentar las películas dirigidas por mujeres clasificándolas por continentes o subcontinentes, lo que nos facilitará también tomar el pulso de este cine por grandes zonas geográficas o culturales del mundo.


España

Empezaremos por casa, que no es mal sitio para comenzar. Lo cierto es que este año, en la cartelera del 8 de Marzo, solo hay un título español dirigido por una mujer. Se trata de Invisibles, la nueva película de Gracia Querejeta, una cineasta de la que se puede decir, conforme al refrán español, que de casta le viene al galgo. Gracia es hija, como es sabido, del productor y guionista Elías Querejeta, uno de los nombres fundamentales del cine español. Gracia tiene ya una larga trayectoria como directora, que comenzó en 1992 con Una estación de paso (1992), tiempo en el que ha puesto en escena ya nueve largos, además de cortos, documentales y series televisivas. Invisibles es una historia muy en clave femenina, con tres mujeres al frente del reparto, tres notables actrices españolas, Emma Suárez, Adriana Ozores y Nathalie Poza, cine de personas corrientes, cine realista sobre mujeres que sienten cómo van siendo borradas de la vida.


Europa

Del Viejo Continente tenemos en cartel hasta 3 títulos dirigidos por mujeres. Uno de ellos nos llega desde la gélida Dinamarca: es Reina de corazones, un percutante drama escandinavo dirigido por la danesa-egipcia May el-Toukhy, que hace con este su tercer largometraje, una historia de relaciones incestuosas (por afinidad: madrastra/hijastro) hecha con una pasmosa intensidad y claridad de ideas, en la que la directora no juzga, no cuestiona a su protagonista, sino que plantean los hechos y deja que el espectador tenga su propia impresión sobre lo narrado. Lejos de maniqueísmos, los personajes se mueven por impulsos, pero también por convencimientos, en una historia madura, serena, atribulada, sensible, que nos presenta a una cineasta con muchas cosas que decir, y además con la promesa de decirlas muy bien...

Otro de los títulos europeos que permanecen en cartelera es Las golondrinas de Kabul, que presenta la rara excepción de que no está dirigida por una mujer, sino por dos: las francesas Zabou Britman y Eléa Gobbé-Mévellec dirigen esta bellísima a fuer de dolorosa película de dibujos animados que lleva a la pantalla la novela homónima de un escritor argelino que firma sus obras con un seudónimo femenino, una mirada sobre el Afganistán de los talibanes de finales del siglo XX, ese que ahora, con los acuerdos con los Estados Unidos, amenaza con volver por sus fueros, si es que alguna vez se había ido del todo. Lacerante en su presentación de la infame situación subhumana a la que esos majaras con turbante confinan a las mujeres, la película combina admirablemente fondo y forma, con un dibujo planteado a partir de la técnica de la acuarela, que se ajusta perfectamente a las intenciones del film, entre la lírica y la denuncia.

El tercer y último título dirigido por mujeres que nos llega desde Europa es la británica El ritmo de la venganza, con realización de Reed Morano, directora norteamericana que en este caso ha rodado bajo pabellón inglés. Morano es una reputada directora de fotografía que hace unos años se pasó a la dirección cinematográfica, siendo también la realizadora de varios capítulos de la afamada serie distópica El cuento de la criada. Aunque esta El ritmo de la venganza ha cosechado críticas muy duras y ha tenido una desastrosa carrera comercial, habrá que convenir, por si no fuera evidente, que las mujeres directoras tienen el mismo derecho a meter la pata que sus colegas varones.


Estados Unidos/Canadá

El cinéfilo sabe que el mercado USA-Canadá actúa como una sola unidad a efectos de recaudación de cine, y lo cierto es que también, cada vez con mayor frecuencia, lo hace como unidad a efectos de producción: muchas son las películas, de toda laya y jaez, que se coproducen entre ambos países, que además comparten mayoritariamente idioma (salvo en Quebec, donde de todas formas son bilingües), cultura y valores. Con esa doble nacionalidad tenemos en cartelera Queen & Slim, dirigida por la afro-greco-americana Melina Matsoukas, que denuncia la intolerable doble vara de medir que se aplica aún hoy en Estados Unidos por la Policía con respecto a las personas de raza negra; si bien el film no alcanza, a nuestro criterio, los deseables estándares de calidad que lo hagan plenamente recomendable, es cierto que tiene virtudes y cualidades estimables, la primera de ellas su denuncia de ese doble rasero con los afroamericanos que, lamentablemente, vemos con tanta frecuencia en los telediarios.

De los USA nos llega también Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn), horrible título que hacía presagiar el costalazo que este nuevo film de superhéroes (en su faceta de antihéroes guays) se ha pegado en taquilla. Dirige la chino-americana Cathy Yan, y lo cierto es que el fracaso comercial del film no debería ser obstáculo para que otros “blockbusters” sean encargados a directoras, no solo porque puestos a petardear en taquilla no hay sexos, como parece evidente (recuérdese el estropicio en recaudación de Liga de la Justicia, del varón Zack Snyder), sino también que las mujeres realizadoras a cargo de superproducciones ya han demostrado con anterioridad su valía (también en taquilla), como cabe recordar en Wonder Woman, de Patty Jenkins.

El tercer título yanqui dirigido por una fémina que sigue en cartelera es Harriet: en busca de la libertad, de la actriz afroamericana Kasi Lemmons, que se pasó a la dirección hace ya años, y que nos trae ahora este biopic sobre un personaje real, Harriet Tubman, una esclava que en el siglo XIX consiguió escapar de su situación infrahumana y desde entonces rescató de esa condición a decenas de congéneres que sufrían tal lacra, en una película que ha cosechado división de opiniones entre la crítica, aunque fue nominada para dos Oscar, uno de ellos para la protagonista, la estupenda Cynthia Erivo.

Mujercitas, en su versión de 2019, también procede de Estados Unidos; es la enésima adaptación del clásico de Louise May Alcott, pero no es una más: tiene empaque, solvencia y, sobre todo, un enfoque feminista muy de agradecer en una obra que, inevitablemente por el tiempo en el que se escribió, no se puede decir que lo tuviera, aunque es cierto que sí tenía una mirada sobre el universo femenino que Greta Gerwig, la talentosa directora de esta nueva versión, se encarga de potenciar, consiguiendo una película hermosa, a ratos doliente, siempre atractiva, con grandes interpretaciones, en especial por parte de la siempre magnífica Saoirse Ronan, pero también de Florence Pugh, que hubiera merecido el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto.


Asia

No es Asia precisamente un continente proclive a la igualdad entre hombres y mujeres; sin ir más lejos, la inmensa mayoría de las teocracias islámicas que existen en el mundo (Arabia Saudí, los emiratos del Golfo, Irán, Yemen... y otras que están en trance de convertirse: Afganistán, Pakistán...) están en el continente asiático, pero también otros países que no son musulmanes y se pueden considerar democracias más o menos homologables, como la India, mantienen a las féminas en una intolerable posición subordinada respecto al varón.

Pues de ese ámbito tan poco proclive al cine hecho por mujeres nos llega una película, La candidata perfecta, dirigida por Haifaa Al-Mansour, la única directora de cine existente en Arabia Saudí, donde la mujer es a todos los efectos menor de edad durante toda su vida, donde todos sus pasos han de estar tutelados por un hombre, sea padre, marido, hermano o hijo. Pues en esa atmósfera asfixiante para la mujer, Haifaa Al-Mansour ha logrado hacer su tercera película, tras la primera, la deliciosa La bicicleta verde (2012), cuyo rodaje fue un prodigio si tenemos en cuenta que Haifaa tuvo que dirigir desde el interior de una furgoneta con “walkie-talkie”, ya que las autoridades no aceptaban que estuviera en la calle ordenando a los hombres. Con ese panorama, La candidata perfecta, que plantea un tema tibiamente feminista, es lo más parecido a otro milagro en el país de los petrodólares, quizá como muestra de que el rígido régimen teocrático está evolucionando y que está abriendo la mano levemente en el tema de los derechos de las mujeres. En cualquier caso, bienvenida sea cualquier apertura, por leve que sea, para ir abriendo definitivamente la puerta de la igualdad.


Iberoamérica

Si Asia no es precisamente un territorio propicio para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, tampoco lo es el subcontinente iberoamericano, el que va desde el Río Grande, la frontera natural entre Estados Unidos y México, hasta la Tierra del Fuego, una inmensa región natural caracterizada por sus lenguas, fundamentalmente el español y el portugués, pero también por una miríada de lenguas y dialectos indígenas. Si en Asia la razón fundamental de la ignominiosa postergación de la mujer radica en la religión, en la América hispana y lusa habrá que atribuirlo a una cultura esencialmente machista, tanto heredada de las potencias colonizadoras como, por qué no decirlo (aunque seguramente no sea políticamente correcto), también de las culturas aborígenes.

De México tenemos en cartelera en España la película La camarista, dirigida por Lila Avilés, una actriz que hace poco se pasó también a la realización cinematográfica, siendo este su segundo largo, una historia sobre el trabajo callado y rutinario de una empleada de hotel (las que en España se denominan “kellys”, las “que limpian”), hecho con mimbres cuasi de documental, aunque sea un film de ficción, en una mirada sobre esas mujeres anónimas que a lo largo de sus vidas trabajan abnegadamente para los demás sin buscar reconocimiento alguno, premio alguno, más allá de sacar adelante a su familia, a su prole.

Ilustración: Una imagen de La candidata perfecta, dirigida por la saudí Haifaa Al-Mansour.