Enrique Colmena

En este Día de la Mujer, aportaremos nuestro granito de arena en pos de la igualdad entre todos los seres humanos, hombres y mujeres, con un repaso a las películas que, tal día como hoy, 8 de Marzo de 2019, presentan en la cartelera cinematográfica de España una mirada femenina sobre el mundo, al estar dirigidas todas ellas por mujeres. Lo cierto es que no hemos tenido mucho donde elegir, porque de los alrededor de setenta títulos presentes ahora mismo en la cartelera española (datos de FilmAffinity), poco más de un diez por ciento están dirigidos por mujeres, un porcentaje absurdamente bajo. Es cierto que hemos mejorado desde, por ejemplo, la época de la Transición, en la que prácticamente la única directora de cine en nuestro país era Pilar Miró, siendo también inhabitual la realización por parte de mujeres incluso en Estados Unidos. Los tiempos han cambiado, pero es evidente que tienen que cambiar mucho, muchísimo más.

Vamos entonces a repasar ocho miradas de mujer que hoy día se pueden ver en la cartelera española. Podemos hacerlo, porque afortunadamente hay material para ello, distribuyéndolas por continentes o subcontinentes (para entendernos: Estados Unidos y Canadá sería el subcontinente anglosajón, por lengua y cultura, y desde México para el sur sería el subcontinente iberoamericano, también por lenguas y cultura).


Europa

Ya que citábamos a Pilar Miró, quien, junto con las aún anteriores Rosario Pí, Ana Mariscal y Margarita Alexandre, se pueden considerar las pioneras del cine español dirigido por mujeres, empezaremos, dentro del Viejo Continente, por nuestra no menos provecta piel de toro. Tenemos en estos momentos un par de títulos de nacionalidad española cuya puesta en escena ha sido llevada a cabo por mujeres. La de más interés sería Yuli, el atractivo biopic que la madrileña Icíar Bollaín ha llevado a la pantalla sobre la vida del primer bailarín del Royal Ballet, el cubano Carlos Acosta, una historia que parecería tener puntos en común con la contada por Stephen Daldry en su famosa Billy Elliot, solo que esta es verídica. Bollaín es una de las más interesantes cineastas españolas de este tiempo y de todos los tiempos, con una apreciable filmografía en la que destacan títulos como Flores de otro mundo (1999), Mataharis (2007), El olivo (2016) y, sobre todo, la que para nuestro gusto es su mejor película, la espléndida Te doy mis ojos (2003).

El segundo film español en cartelera dirigido por una mujer es muy distinto. Se trata de Bajo el mismo techo, está puesto en escena por Juana Macías, y es evidente que juega en otra liga, la del cine comercial puro y duro, un nicho de mercado que, por supuesto, hay que cultivar, y que no solo los hombres tienen por qué hacerlo. Macías hace un trabajo solvente, si bien es cierto que la película no tiene mucha entidad, porque sus productores no pretenden otra cosa que llenar su cuenta corriente con cuantos más ceros mejor. Con una Silvia Abril que, seguramente, es lo mejor de la película, se confirma que, como era previsible, las comedias de poca monta (como las grandes películas) las pueden hacer indistintamente hombres y mujeres.

El tercer título dirigido por una mujer que traemos de las que están en cartelera, y cuyo origen es Europa, es María, Reina de Escocia, el film con el que la directora escénica Josie Rourke se ha estrenada en la gran pantalla, y que, como decíamos en nuestra crítica, confirma que los directores teatrales (véanse los casos de Sam Mendes y Nicholas Hytner, entre otros), cuando pasan al cine, suelen hacer películas de interés. Sobre la vida de la reina de infausto final (decapitada por orden de la soberana de Inglaterra), pero también de su relación (epistolar, aunque un final en el que se fantasea sobre un posible encuentro físico supone una interesante aportación, aunque sea en clave ficticia) con la reina Isabel I, la película cumple sobradamente, en nuestra opinión, con lo que se esperaba de ella, un percutante duelo entre mujeres que ostentaron un poder cuasi omnímodo en una época, comienzos de la Edad Moderna, en la que las féminas tenían un papel mínimo en la sociedad del momento. Además de la interesante mirada de Rourke, las notables actuaciones tanto de Saoirse Ronan como de Margot Robbie son también formidables cualidades para recomendar el film.


América del Norte

Desde los Estados Unidos tenemos hasta tres títulos dirigidos por mujeres en esta cartelera del 8-M. El más interesante, a nuestro juicio, sería ¿Podrás perdonarme algún día?, de nuevo un biopic, más que peculiar, en este caso el de Lee Israel, una escritora que en los años noventa, acuciada económicamente, dio en falsificar correspondencia de gente famosa, esencialmente escritores, hasta que, obviamente, la pillaron. Dirigida con una extraordinaria sutileza por Marielle Heller, en su segundo film como realizadora, y con una estupenda Melissa McCarthy (y un gran Richard E. Grant, es cierto), la película es una de las gratas sorpresas de la cartelera de este año.

Con menor nivel, al menos a nuestro parecer, Una cuestión de género es el típico film bienintencionado que desperdicia una historia potente por mor de un guion convencional y una puesta en escena poco inspirada. La directora, Mimi Leder, está fogueada en una dilatada carrera en productos no precisamente excelsos de televisión, y en rutinarios films de acción como El pacificador y Deep Impact, con lo que mucho nos tememos que no era la persona indicada para poner en imágenes la atractiva historia de Ruth Bader Ginsburg, una de las primeras abogadas licenciadas en la muy machista Harvard de los años cincuenta, y cuya lucha legal conseguiría cambiar, literalmente, la Historia de Estados Unidos, siendo décadas más tarde elevada a la más alta instancia jurídica del país, el Tribunal Supremo. Con una estupenda Felicity Jones como la biografiada, es una pena que Leder no fuera la cineasta adecuada para esta historia; pongámonos en modo clásico y recordemos, como en el Poema del Mío Cid, aquello de “qué buen vasallo, si tuviese buen señor”.

El tercer film norteamericano dirigido por una mujer y presente en la cartelera del 8-M es Destroyer. Una mujer herida, vehículo a mayor gloria de una de las estrellas del Hollywood hodierno, la australiana Nicole Kidman, dirigido por una de las cineastas surgidas del cine “indie” yanqui, la neoyorquina Karyn Kusama, cuyo anterior film, La invitación (2015) tenía bastante más interés. Este es un thriller de cierto atractivo, pero sin mucho más recorrido, que le permite a Kidman un esforzado trabajo interpretativo, que seguramente era lo que se pretendía, a ver si llegaba ese segundo Oscar (tras el que consiguió por Las horas) que se le está resistiendo.


Iberoamérica

Del subcontinente de lengua española y portuguesa, la única muestra que tenemos en cartelera de cine dirigido por mujeres es Pájaros de verano, y lo cierto es que está codirigido por un varón, Ciro Guerra; la directora es la productora Cristina Gallego, que con esta filma su primera película como realizadora. De nacionalidad colombiana, la cinta narra los orígenes del narcotráfico en la patria de García Márquez, en una historia atractiva que juega con las costumbres ancestrales de las comunidades indígenas de la zona y su perversión cuando el crimen que ineludiblemente conlleva el comercio de la droga se enseñorea del país.


Asia

Sorprendentemente, tenemos un film dirigido por una mujer procedente de Asia, un continente que, parece evidente, no es precisamente muy proclive a la igualdad efectiva entre varones y féminas. Afortunadamente no es el caso de la actriz, guionista y directora Nadine Labaki, una libanesa que ha puesto en escena la doliente Cafarnaúm, un prodigio de cine social, una denuncia “sotto voce”, sin subrayados, sobre la situación de miles, millones de niños en todo el mundo, abandonados a su suerte no ya por sus padres, sino por la sociedad, por el género humano, que no es capaz, quizá no quiere, saber nada de ellos. Durísima, a pesar de que sabemos que la realidad es aún peor, la película de Labaki juega en la liga del Cine con mayúsculas, con una historia ficticia que duele como si fuera real, primorosamente rodada, con recursos como de “cinema-verité” (sin serlo), una película realmente modélica que llega tan hondo sin recurrir nunca a trampas emocionales, a pesar de que más de un ciego (y de dos...) haya hablado obscenamente de “pornografía emocional”.

Ilustración: Las actrices Dolly Wells (izquierda) y Melissa McCarthy (derecha), con la directora Marielle Heller (centro), durante el rodaje de ¿Podrás perdonarme algún día?