Pelicula:

CINE EN SALAS

El cine sobre la educación de la infancia y la juventud es casi un género en sí mismo. En todos los tiempos, en todos los países, se ha hecho cine sobre el tema, que por supuesto es atractivo y permite todo tipo de historias. Por citar a vuela pluma algunos títulos antiguos y modernos, recordaremos Rebelión en las aulas (1967), El club de los poetas muertos (1989), Hoy empieza todo (1998) y La lengua de las mariposas (1999), y las más recientes La sala de profesores (2023), Los que se quedan (2023) y Radical (2023), entre otras muchas.

El caso del guionista y director de este film, Thomas Lilti (La Celle-Sain-Cloud, ciudad dormitorio de París, 1976) es muy peculiar: con una marcada vocación cinematográfica desde su adolescencia, sin embargo se vio forzado a estudiar Medicina, como su padre, por la presión familiar, graduándose y ejerciendo como médico de atención primaria hasta 2016. Durante varios años, desde 2007, compaginó su actividad médica con la cinematográfica, realizando en este último ámbito, hasta la fecha en la que se escriben estas líneas, un total de cinco largometrajes y una serie televisiva. Los largos fueron Les yeux bandés (2007), que pasó sin pena ni gloria; Hipócrates (2014), que ya gustó mucho a público y crítica; Un doctor en la campiña (2016), otro éxito en todos los órdenes; Mentes brillantes (2018), de ambiente universitario, que de nuevo fue muy bien; y ahora este Los buenos profesores (título más bien pedestre para el original, cuya traducción sería algo así como “un trabajo serio”), además de la serie televisiva Hipócrates, desarrollo de su éxito cinematográfico homónimo. Lilti debe seguir el consejo aquel de “escribe o dirige sobre los temas que conoces”, porque en todos sus films trata, o bien de medicina, o bien de enseñanza, o bien de ambas cosas a la vez, temáticas que conoce bien en primera persona.

La película se ambienta en nuestros días, en Francia, en concreto en la región llamada “Isla de Francia”, en la que se encuentra París, aunque aquí el escenario principal, el instituto Víctor Hugo (al parecer ficticio) esté en la periferia de la llamada Ciudad de la Luz, y en realidad se haya filmado en escuelas de hasta tres localidades del cinturón parisino. Conocemos a Benjamin, graduado que se ha quedado sin beca y, por  tanto, para poder subsistir mientras termina su tesis, se emplea en un instituto público como sustituto del profesor de Matemáticas. Benjamin carece de experiencia ni formación alguna en la enseñanza (cosa extraña que ocurra en Francia, cuando en España te piden para ello tropecientos cursos...), así que se las tiene que aviar como puede con una caterva de alumnos cada uno (literalmente) de su padre y de su madre; conoceremos también a otros profesores del centro, desde el veterano Pierre, en crisis existencial por un desencuentro prolongado con su hijo, que le ha defraudado vitalmente, y por el creciente aburrimiento que le producen sus propias clases, hasta Meriem, divorciada y con hijo pequeño a su cargo, pasando por Sandrine, vulnerable madre de un adolescente cabrón que la sojuzga y maltrata; conoceremos a otros profesores más, como Fouad, que enseña inglés y se pirra por hacer bromas, o a Sophie, que da Educación Física. Todos ellos tendrán que enfrentar el curso con los seguramente inevitables conflictos que se plantean de vez en cuando con aquellos alumnos que son especialmente difíciles...

Lilti tiene buena mano para filmar, aunque no sea un cineasta especialmente personal. Su película, que él mismo ha guionizado en solitario, parece querer transmitir el amor por la enseñanza, por la transmisión de los conocimientos, pero lo cierto es que, visto lo visto, nos parece que, involuntariamente, lo que consigue es justamente que aquellas personas que tengan vocación docente se lo piensen dos veces, por no decir que se olviden directamente de esa vocación. Porque el retrato que hace Lilti de la enseñanza, hoy, ahora, en Francia, pero vale decir en realidad en cualquier parte de nuestro orbe occidental, es cualquier cosa menos idílica; más bien horrísona... porque lo que el director cuasi parisién nos ofrece es la imagen de las instituciones de enseñanza como un campo de minas: alumnos díscolos que se enfrentan a los profesores y casi llegan a las manos con estos, falta de apoyo por parte de la jerarquía docente, horas y horas de estúpida burocracia, jornadas interminables al llevarse el trabajo a casa, dilemas sobre qué hacer con los alumnos conflictivos, crisis nerviosas por situaciones que se les van de las manos... un cuadro absolutamente desmoralizador que, desde luego, no parece que vaya a incentivar que nazcan nuevas vocaciones de enseñantes. Vamos, que a lo mejor es lo que procede, que las sucesivas generaciones se vayan embruteciendo hasta que paulatinamente volvamos a lo alto de los árboles o dentro de las cavernas, de donde seguramente nunca deberíamos haber bajado o salido.

Estamos entonces ante un sin duda bienintencionado film sobre la enseñanza, que busca quizá su elogio presentando animosamente sus numerosas dificultades; en ello quizá radica también su mayor problema, al ofrecer con frecuencia escenas demasiado largas sobre temas muy especializados en los conflictos educativos, o en las formas de afrontar la enseñanza, lo que lastra la película haciendo que, sobre todo hacia su mitad, parezca que no avanza, que se ha quedado estancada. En ese sentido, funcionan mejor las diversas escenas de tensión que plantea Lilti, siempre entre los adultos docentes y sus con frecuencia díscolos pupilos, y no siempre son los primeros los que salen airosos.

El conjunto es, como decimos, bienintencionado pero irregular, y desde luego si pretendía despertar vocaciones de enseñantes, más bien las va a abortar...

Buen trabajo actoral, con algunas de las nuevas caras del cine francés, como Vincent Lacoste, que está muy de moda, y lo cierto es que se lo merece porque nos parece un actor talentoso y versátil; y, desde luego, Adèle Exarchopoulos, que se dio a conocer con la célebre La vida de Adèle. Y entre los veteranos, por supuesto, François Cluzet, un actor que, a la chita callando, se ha convertido en uno de los grandes actores franceses de su generación.

(23-05-2024)


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101'

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Los buenos profesores - by , May 23, 2024
2 / 5 stars
Ahuyenta (sin querer) las vocaciones docentes