Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en Filmin.


Ahora que se estrenan tantas películas con su título original (si es en inglés, claro) habría que recordar muchas décadas en las que los distribuidores españoles podían cambiar esos títulos a su antojo, a veces metiendo la pata, pero también muchas otras en las que nos dieron falsos títulos, pero rotundos y perdurables, como Con faldas y a lo loco, Horizontes de grandeza, La fiera de mi niña, Raíces profundas... o en algunos casos atinando de lleno como el lírico y poético Centauros del desierto sustituyendo al lacónico The Searchers (Los buscadores). Pero el mejor ejemplo pienso que sería cambiar el aséptico High Noon (Mediodía) por Solo ante el peligro, título explicativo y que rápidamente en España se convirtió en una frase coloquial para dar a entender una situación de apuro, de donde hay que salir por sí mismo, sin esperar ni recibir ayudas...

Porque así se encuentra, sin duda, el protagonista de este atípico y antipático western, donde no hay coloristas praderas ni grandes desfiladeros, que se desarrolla en un polvoriento pueblo de apenas unos cientos de habitantes, sin cabalgadas ni gigantescos rebaños... un film que quería ser, desde su génesis, una especie de meditación intelectual sobre el género antes que un producto comercial. Sus productores fueron dos independientes como Carl Foreman y Stanley Kramer, que querían darle también un sesgo político, de denuncia antimaccartista propia del momento. Al terminar distanciados y enfrentados, contribuyeron a rebajar el ambicioso proyecto inicial.

Solo ante el peligro acabó siendo un film barato, rodado en sólo 28 días y en donde los gastos más potentes fueron los de la estrella consagrada, Gary Cooper, y el compositor, el afamado Dimitri Tiomkin, que contribuyó decisivamente con su estupenda  banda sonora y su preciosa balada (Do not forsake me, oh my darlin'), que además nos explicaba la historia. Contada en tiempo real, en sólo ochenta y tantos minutos, la cinta arranca con la boda del maduro sheriff Will Kane con una jovencita cuáquera (principiante Grace Kelly), ceremonia interrumpida por la llegada de un alarmado jefe de correos con un telegrama: el criminal Frank Miller, encarcelado por Kane, ha sido indultado y viene hacia al  pueblo en el próximo tren para vengarse.

Todos les dicen a los recién casados que se vayan, y así lo hacen, para rectificar enseguida y volver a enfrentarse con Miller y sus compinches. Y ahí empieza el viacrucis de un hombre honesto buscando ayuda sin encontrarla, apenas en su ayudante, nada en el anterior sheriff y algo en un joven sin experiencia. Serán sólo dos mujeres, la joven esposa y la antigua amante de Kane, Helen (una magnífica Katy Jurado), los únicos apoyos con los que podrá contar, mientras los implacables y repetidos planos de relojes avisan del inminente duelo.

Y ahí entra el buen hacer del realizador Fred Zinnemann, ya curtido en anteriores films, pero que se consagraría con éste y el siguiente, un gran melodrama militar con reparto estelar y ocho Oscars, De aquí a la eternidad  -por cierto otro título antológico-. Aprovechando un impecable blanco y negro, Zinnemann saca memorables planos de la majestuosa figura de un solitario Gary Cooper por las calles desiertas, y se dice que el actor tuvo muchos problemas de salud durante el rodaje, lo que (según algunos avispados críticos) explica su gesto dolorido y atormentado a lo largo de la narración.

El tramo final responde más a los cánones del género, en un largo y excelente tiroteo con Miller y su banda, en la que la tímida esposa rompe su código de cuáquera pacifista, empuñando y disparando un  revólver para salvar a su esposo. La controvertida escena final nos muestra -otra vez- la marcha de ambos del pueblo, rodeados por los insolidarios vecinos en torno al carruaje: Kane los mira fríamente, se quita la estrella del pecho, y la arroja al suelo, al polvo... culminando una cinta singular, difícil pero que ha hecho historia. Y es conocida la opinión del siempre descarado Howard Hawks cuando afirmaba que -algunos años después- rodó su inmortal Río Bravo para contrarrestar el aburrimiento que le produjo el film de Zinnemann...

Cuando se estrenó Solo ante el peligro como era previsible desconcertó al público, con su narrativa en tiempo real, y porque esperaba una del Oeste de las de siempre. Pero acabó siendo un éxito, ganando cuatro Oscars de la Academia: actor (el segundo para Cooper), montaje, banda sonora y canción, con lo cual se demuestra que los emolumentos de Gary Cooper y de Dimitri Tiomkin fueron una buena inversión.  Y al cabo de los muchos años la cinta sigue figurando en todas las listas de westerns que han hecho historia... y eso sin estar firmada ni por John Ford, ni Hawks, ni Nicholas Ray, ni Raoul Walsh...


 


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85'

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Solo ante el peligro - by , Jul 20, 2023
4 / 5 stars
Un inquietante mediodía