Pelicula:

En la carrera de Basilio Martín Patino se pueden observar varias etapas: en la primera, en los años sesenta, intentará hacer un cine de ficción a contra corriente del franquismo, con títulos emblemáticos como Nueve cartas a Berta (1966) y Del amor y otras soledades (1969), para después, durante los setenta, afrontar su trilogía documental antifranquista, con las memorables Canciones para después de una guerra (1976), Queridísimos verdugos (1977) y Caudillo (1977), para, ya en los ochenta, buscar una tercera vía que mezclara el compromiso político con la comercialidad, con dos títulos, Los paraísos perdidos (1985) y esta Madrid (1987), cuyo fracaso en taquilla probablemente le impidió proseguir con una carrera profesional al uso. Todavía haría con posterioridad, para televisión, esa pequeña maravilla que es la serie Andalucía, un siglo de fascinación (1997-1998), para, ya en el siglo XXI, hacer un último largometraje de ficción, Octavia (2002), que pasó prácticamente desapercibido, y un postrer documental, Libre te quiero (2012), sobre el fenómeno del 15-M en España.

Madrid cuenta la historia de un realizador alemán, Hans, al que los responsables de una televisión germana encargan hacer un documental sobre la capital de España, tomando como excusa el cincuenta aniversario de la Guerra Civil. Hans contará con un equipo técnico fundamentalmente español, como la montadora Lucía, y también con algunos viejos testigos de los tiempos de la guerra española en Madrid. Pero Hans duda entre hacer el encargo conforme se le ha indicado, un aséptico documental historicista sobre la ciudad 50 años después de la Guerra Civil, o hacer lo que realmente le apetece, que es una visión más personal, también más subjetiva, sobre la ciudad, a la que llama “la ciudad contradictoria”...

Madrid, como no podía ser de otra forma, tiene lo mejor de Patino, pero también algunos de sus problemas. La capacidad para (re-)crear, la fascinante introspección entre realidad y ficción, que para el protagonista (y con él, Patino) no es sino otra realidad, la capacidad de los documentos audiovisuales históricos de crear su propia realidad aparte, son algunos de los aciertos de esta película extraña, muy extraña. Por otro lado, Patino siempre tuvo escaso o nulo interés en conseguir prender la atención del espectador, por lo cual un cine comercial al uso, como buscaba ser este film, estaba condenado al costalazo en taquilla y a comprometer (como así fue) su posterior carrera.

Film irregular, con hallazgos visuales y conceptuales pero también con errores de guion como la historia romántica entre Hans y Lucía, metida con calzador y sin ningún tipo de relación real con lo que se nos está contando, Madrid tiene rarezas tales como incluir varias zarzuelas como arquetipo tópico de la ciudad, algunas incluso representadas en lo que parecen corrales de comedias, de tal forma insertadas en la película que contribuyen poderosamente al mensaje que quiere transmitir Patino; así, veremos por ejemplo un peculiar maridaje entre una zarzuela e imágenes de archivo sobre el sitio de Madrid por parte de los franquistas; ello, junto a las digresiones sobre realidad, apariencia y ficción, sobre el proceso creativo, e incluso sobre la función del director y su función de demiurgo, dictador o manipulador, son algunos de los temas tocados por el cineasta salmantino. Algunos detalles seguramente inevitables en la época, como la ridiculización del franquismo como un régimen de opereta que, sin embargo, duró más que un martillo enterrado en manteca, redondean un film extraño e irregular, auténtico veneno para la taquilla, sobre esa ciudad contradictoria de la que se dice que está hecha de “sueños, piedras y cemento”.

Rüdiger Vogler, que en aquella época aún conservaba cierta fama al haber sido uno de los  actores fetiche del Wim Wenders de su buena época, para el que había hecho, entre otras, Alicia en las ciudades (1974), Falso movimiento (1975) y En el curso del tiempo (1976), interpreta su papel en un tono no muy lejano al de un “zombi”: el desconocimiento del idioma y, me temo, de lo que se estaba contando, no le ayudó demasiado. Verónica Forqué saca adelante como puede su papel, que tiene más bien poca chicha actoral, y veteranos actores como Félix Dafauce, Luis Ciges o Luis Barbero aportan sus muchas tablas. Aparecen también algunos personajes populares o famosos de la época en Madrid, como el filósofo Javier Sádaba, el pintor Antonio López, y los cantantes Jaume Sisa y Miguel Ríos, algunos incluso con diálogos.


(29-09-2019)


 


Madrid - by , Sep 29, 2019
3 / 5 stars
La ciudad contradictoria