La gala de entrega de los Premios ASECÁN 2019 se celebró en el sevillano Teatro Lope de Vega el sábado 26 de Enero. De esta forma, la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía mantiene la tradición de entregar anualmente los considerados como los Goyas andaluces, que se empezaron a conceder en 1983, apenas cuatro meses después de la fundación de ASECÁN en septiembre de 1982.
Al margen de las películas y personas premiadas, esta ha sido una edición marcada por la constatación de que serán, con toda probabilidad, los últimos premios con la actual denominación, toda vez que la Junta Directiva, en aras a popularizar y visibilizar aún más los galardones, tiene abierto un concurso de sugerencias para renombrarlos con un apelativo que los homologue con otros de semejante tipo, tales como los citados Goyas, pero también los César (franceses), David de Donatello (italianos) e incluso autonómicos españoles, como los Gaudí catalanes. Por otro lado, parece que este 2019 será el año del lanzamiento definitivo de la Academia del Cine y las Artes Audiovisuales de Andalucía, que podría heredar los Premios que otorga hasta ahora ASECÁN, con lo que se abre un período de incertidumbre sobre qué sucederá con la veteranísima Asociación, la más antigua de España en el ámbito autonómico. En cualquier caso, lo que sea que suceda con ASECÁN, como parece evidente, lo decidirán en su momento sus socios.
Volviendo a la gala de entrega de los Premios, como ya es habitual, la ceremonia discurrió con una perfección como de reloj suizo, confirmando, como ya sabemos desde siempre, que los tópicos sobre los andaluces son, eso, tópicos. Treinta premios se entregaron en apenas 100 minutos, en una gala ágil, presentada por los habituales Rafa Pontes y Marta Jiménez, excelentes en su cometido y con notable capacidad de repentización (esa sirena como de incendio que irrumpió durante los agradecimientos de la premiada Celia Rico, momento apostillado por Pontes con un “no te preocupes, Celia, no es que se te hayan acabado los sesenta segundos de tu tiempo...”), en una mezcla de preparación e improvisación cuando era menester que resultó ejemplar.
Lo cierto es que este año, en contra de lo que ha sucedido en anteriores ediciones, los premios han estado bastante repartidos. Es lógico, si tenemos en cuenta que no ha habido una película que claramente fuera muy superior a las demás, como sí pasó en las anteriores ediciones en las que arrasaron Grupo 7, Caníbal, La isla mínima, Techo y comida, El hombre de las mil caras y El autor. Sí ha habido un buen nivel general, pero no una que sobresalga sobre todas las demás.
Premios a los largometrajes de ficción
Tres se pueden considerar, por números de galardones, las ganadoras de esta edición. Por una parte, Viaje al cuarto de una madre, de la directora y guionista sevillana Celia Rico Clavellino, se alzó con cuatro Premios ASECÁN, concretamente los relativos a Película (ex aequo con Entre dos aguas, primera vez que se da esta circunstancia en este galardón en concreto), Dirección Novel, Guion (ambos a Celia Rico) y Montaje (para el sevillano Fernando Franco, también notable director). Los seguidores de CRITICALIA saben que no soy un fan irredento de la película sevillana, aunque desde luego admiro y alabo el esfuerzo y la intención de hacer un cine realista, casi costumbrista, y de adentrarse en la cotidianidad de una familia corriente y moliente, madre e hija, aún en fase de duelo por la muerte del padre, en un pueblo de la Sierra Norte sevillana (Constantina, por más señas, patria chica de Celia), de hablarnos de la (in)comunicación entre progenitora y vástago, de los miedos de una y los anhelos de la otra, Jano bifronte de un mismo sentimiento de amor maternofilial, también expresión de eso que se llama ley de vida.
También Jaulas, dirigida por el sevillano Nicolás Pacheco, ha sido galardonada con cuatro Premios ASECÁN, concretamente los relativos a Actriz (Estefanía de los Santos), Música (Pablo Cervantes), Vestuario (Esther Vaquero) y Dirección Artística (Lala Obrero); la película presenta una descarnada denuncia del maltrato conyugal, pero también habla sobre la marginación de los habitantes de los espacios urbanos que, aunque teóricamente insertos en el Primer Mundo, realmente están en el Tercero.
La tríada de triunfadoras de los Premios ASECÁN 2019 se completa con Entre dos aguas, que obtuvo tres galardones: Película (ex aequo con Viaje al cuarto de una madre), Interpretación Revelación (Israel Gómez Romero) y Canción (“Si tu quieres pan”, de Kiko Veneno). El film del gerundense Isaki Lacuesta (con coproducción andaluza) es, a nuestro entender, una de las más frescas e interesantes obras cinematográficas del panorama español de este año, y nos parecen muy justos los galardones, una historia que navega entre la ficción y la realidad, retomando las vidas del Isra y el Cheíto, doce años después de que nos conmovieran en la anterior La leyenda del tiempo (2006), también de Lacuesta, de la que Entre dos aguas podría reputarse secuela.
El resto de galardones se repartió de forma bastante justa, incluso equilibrada. Así, el drama sobre la identificación de personas y personalidad que, en esencia, constituye Quién te cantará, de Carlos Vermut, se llevó los Premios relativos a Interpretación de Reparto (la siempre magnífica Natalia de Molina), Sonido, y Maquillaje y Peluquería. Tu hijo, del sevillano Miguel Ángel Vivas, percutante thriller sobre los límites (o la ausencia de estos) en el amor paterno, consiguió el relativo a Dirección, para el propio Vivas. Ánimas, el film de terror de José F. Ortuño y Laura Alvea, se alzó con el de Fotografía (Fran Fernández Pardo, merecidísimo). Mi querida cofradía, la tragicomedia en clave tibiamente feminista de la rondeña Marta Díaz de Lope Díaz, se llevó el de Dirección de Producción; y Cuando los ángeles duermen, el angustioso thriller del sevillano Gonzalo Bendala, en clave de road movie y con personajes corrientes arrastrados fatalmente a la tragedia y el crimen, se haría con el relativo a los Efectos Especiales.
En cuanto a la película española sin producción andaluza, el galardón fue para El reino, de Rodrigo Sorogoyen, el vigoroso thriller político en el que brilló (otra vez...) el siempre estupendo Antonio de la Torre, que se llevó el Premio al Mejor Actor por esta actuación.
Resto de premios
Los Premios ASECÁN, desde sus inicios, no solo han prestado atención a los films de ficción de carrera comercial, sino a otros aspectos del cine, lo que se ha ido ensanchando con el paso del tiempo y hoy día constituye una parte importante de los premios. Así, el Premio al Mejor Documental fue para 23 disparos, de Jorge Laplace, sobre el lacerante asesinato de Manuel García Caparrós el 4 de diciembre de 1977; Porque la sal, de Nicolas Cardozo, se llevaría el Premio al Mejor Corto Documental, y Foreigner, de Carlos Violadé, el de Mejor Corto de Ficción; el ASECAN Otros Formatos fue para Camarón, de La Isla al mito, de José Escudier; el de Mejor Libro sobre Cine y/o Audiovisual se lo llevó Objetivo Planeta Tierra: El documental de medio ambiente, coordinado por Alejandro Ávila y editado por la Universidad de Sevilla.
El premio a la Mejor Labor Informativa fue para la sevillana revista en soporte físico y cibernético Fila 7, creada hace la friolera de 21 años y con una interesantísima tarea de divulgación e información sobre el cine y el audiovisual. El galardón que reconoce la Difusión del Cine en Andalucía (por cierto, el más veterano de los galardones ASECÁN, presente en los mismos desde su primera edición en 1983) fue para el gestor cultural jiennense Enrique Iznaola.
En cuanto a los premios honoríficos, la Medalla de Honor fue para Pepe Moreno, el respetado gestor cultural malagueño con una carrera de 55 años, que se dice pronto, premio que el autor de estas líneas tuvo el honor de entregar; el Premio ASECÁN de Honor fue para la Fundación SGAE, un actor fundamental en la urdimbre de la cultura en Andalucía; y el Premio INDUSTRIA-AEDAVA sería para el Cine Planelles, el histórico local de veteranísima trayectoria que, contra viento y marea, sigue exhibiendo cine en la localidad sevillana de Marchena.
Sean felicitados efusivamente los organizadores de la gala y de cuanto ello conlleva, una tarea sin duda titánica y con medios menguados. En especial hay que felicitar a la Junta Directiva, comandada por el presidente, Javier Paisano, el vicepresidente, Juan Antonio Bermúdez, y la secretaria, Lourdes Palacios, y todo un equipo que ha hecho que la ceremonia tenga, como ya es habitual (pero no por ello menos extraordinario), un nivel altísimo, diría que superior al de otras con muchos más recursos (sí, estoy pensando en la de los Goyas, sí...).
Justos premios, entonces, en esta nueva edición de los ASECÁN. Se abre ahora un proceso interesante aunque no exento de dificultades hasta ver cuál será el futuro de estos Premios, en la medida en la que la existencia efectiva de la nueva Academia del Cine de Andalucía pueda afectarles. Pero eso, ya lo decíamos antes, es una decisión que, en último extremo, les (nos) corresponde a los socios...
Ilustración: Foto familia de los Premios ASECÁN 2019.